Entre el no me olvides
me dejes nuestros abriles olvidados
en el fondo del placard
del cuarto de invitados
eran tiempos dorados
de un pasado mejor
Aunque casi me equivoco
y te digo poco a poco
no me mientas
no me digas la verdad
no te quedes callada
no levantes la voz
no me pidas perdón
me dejes nuestros abriles olvidados
en el fondo del placard
del cuarto de invitados
eran tiempos dorados
de un pasado mejor
Aunque casi me equivoco
y te digo poco a poco
no me mientas
no me digas la verdad
no te quedes callada
no levantes la voz
no me pidas perdón
Cuando lo sencillo puede ser maravilloso
5 comentarios:
Paradójicamente, esta es una de las canciones que más me han marcado y más me gustan. Es de esas que puedo escuchar (y escucho, al loro) tres, cuatro, diez veces seguidas.
Obsesiva compulsiva, se llama.
Es que no es una cuestión de masa, aunque todos sabemos que cuanta más masa mejor se pasa :)
Pero no te pega, blogueramente hablando, lo de obsesiva compulsiva.
Eslo, Juanjo, créeme :P
A mí Andrés Calamaro me gusta sólo cuando canta tangos ;)
Sip, haz caso a Sil, soylo.
(Supongo que lo dices por lo de La Javanaise. Y por todo lo demás. Mira, voy a ponerla otra vez)
Creerelo!!
Pero a mi La Javanaise me va, mucho además :P
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